
Te sientas en la hierba
con tu cabello de cera dulce
goteando sobre la neblina,
Y mis ojos no resisten
el peso de tu cuerpo.
Tus piernas de cortina
tras cortinas se esconden de mi,
se aprietan tras una larga linea
de algodon azucarado, de miel y
mandarinas acidas y azules.
Las estrellas de tus uñas
entierran sus esquinas en mi arena,
mi dulce arena de expreso y mantequilla
mi arena entre la que pasa tu neblina
y me abraza y me penetra y me determina
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