Tango en 5 a 1



Un Violín Endemoniado se libera vomitando tristezas
y tangos de arrabal, bajo árboles oscuros lamiendo
como si brotara una verdolaga sedimentada que,
saltando y devolviendo, vive igual que aquel
balón sabroso que se cancela estando enfermo.

La Papusa, en una mesa casual, se toca hastiada y
se compromete dando vueltas en la silla fea
mientras se engaña y cree que siente que disfruta,
mujer-ornitorrinco deprimente de mirar tristón.

Ella es ciertamente solo un pellejo jugoso que agoniza
atormentado por el cielo porteño que alunece
en un espiral solar fugazmente libre...

Desde orilla, Tito el chulo, bravo como felino enroquecido,
fuma borracho con las zarpas entrelcapote.

La Papusa lo mira con odio y ganas.


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