Carta a Sarita

Este texto tenía en mi escritorio varios meses, con la llegada de Lynn a mi vida no habia tenido oportunidad de corregirlo y publicarlo, hoy he encontrado el aliciente para rescatarlo por fin de entre mis borradores. El texto es una carta y se llama Carta a Sarita, es una versión un tanto libre de una que le gusta mucho a mi amiga Maria.

Para Lady María Ponce,
Fernandina para los amigos
Una Dama en toda la extensión de la palabra.
Sarita:
Sé que ese no es tu nombre, pero Arreola ha dejado tan honda huella en mí, que no encuentro manera más romántica de iniciar una carta.

No preguntaré como estás, tu siempre has sabido estar bien, aún a pesar de la adversidad, de las lágrimas guardadas en mis hombros, de las tristezas y pérdidas. Aún a pesar de ti misma y a pesar de mí siempre has estado bien. Es por eso que tal vez yo no siempre esté bien, ya sabes que habitan en mí ser más monstruos y demonios que en las hojas con las que nos divertimos. Viven en mí ser abismos, oscuridades y tormentos y aun con eso, soy feliz por que te tengo a ti, por lo menos, de vez en cuando.

Quisiera hablarte en ese lenguaje coloquial, de simpleza de espíritu y aroma de niño pequeño que te gusta pero no puedo. Tu elevas mi fantasía a cielos dorados, escondes tu timidez detrás del verde de tus ojos, sabes reír, enamorar con tus silencios y tu sensualidad huele a encantamientos. Tienes carácter y eres contradictoria, tu infancia madura en tu voz cuando te emocionas y tus andares son los de una princesa, eres amiga, confidente y compañera, y es por eso que esta carta, de renglones torcidos y hojas sueltas, poco a poco nos sube hasta las estrellas.

Tu caminas mas alto de lo que yo puedo mirar, yo mismo te he acompañado y aún así, no he sabido ser merecedor de ti, de tus facultades y perfecciones. He vivido en los lugares comunes y las frases hechas, te he repetido hasta el cansancio lo bonita que te ves, lo bello que cae tu pelo, ese pelo recuerdo de trigos y miel, jamás seré un José Arreola, y lo peor es que ni siquiera me he ocupado lo suficiente de preparar en mí al compañero que tu corazón desea.

Te Quiero, te lo he dicho y entiendo que hay días en que te gusta que te lo diga mas que otros, aún así, no te quiero con calendario, mi Te Quiero es de tinta, de esos que cuando ya no están te dejan manchadas las manos, es un Te Quiero atemporal, único y paciente. Igual que las rosas esperan por las noches el rocío de madrugada, así espero siempre un Te Quiero tuyo.

A veces en tu ausencia llega hasta mí el aroma de tu piel, y al estirar la mano podría jurar que mis dedos rozan la suavidad de tu blancura. Eres por mucho, La mujer más hermosa que conozco y es una verdad innegable que podría, como decía Apollinaire, ahogar mi corazón en el profundo lago de tus ojos.

Tal vez algún día dejes de ser el Sí que nunca llega. Tal vez algún día, ebria de alcohol, amor y deseo me ansíes y me lo digas una noche cualquiera. Tal vez algún día Sarita, y ruego a Dios que así sea, pueda yo reducir mi vida a esa frase que solo nosotros conocemos y todo lo anterior por fin carezca de significado… 
Te Quiere:
Tu Juan José


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